Cuánto pagarías por un botón que dijera pausa? Un botón que te permitiera dejar atrás el ruido, las prisas y las obligaciones del día a día. Olvidarte hasta de la contraseña de tu email corporativo y sumergirte en un espacio en el que se detiene el tiempo. Bien, no es necesario un botón mágico. Todo esto es lo que ocurre cuando cierras la puerta del spa en Hotel Castillo de Peñíscola, un lugar donde si cierras los ojos solo escuchas el agua cayendo sobre sí misma.
Solo cierra los ojos, y escucha el agua cayendo sobre sí misma.
Pasar un rato en un spa no solo significa disfrutar de un momento de descanso y una experiencia sensorial única, sino que también tiene múltiples beneficios. Los físicos se pueden sentir desde el primer instante. El calor del jacuzzi o la suavidad de un baño termal ayudan a relajar los músculos y aliviar contracturas. Asimismo, la circulación sanguínea se activa, revitalizando tejidos y llevando oxígeno y nutrientes a todos los rincones del cuerpo.
La combinación del agua caliente y la presión de los chorros también estimulan el sistema linfático, al mismo tiempo que ayudan a tu organismo a eliminar toxinas. Además, en las exclusivas duchas escocesas podrás disfrutar de todos los beneficios de la terapia de contraste, alternando sensaciones frías y calientes que ayudan a disminuir el dolor y la inflamación corporal.
Sin embargo, los interminables motivos por los que deberías pasar un día en el spa de vez en cuando no se quedan en el plano físico. Tu mente también se beneficia, ya que la relajación que proporciona el agua ayuda a reducir el estrés y aumentar la relajación mental, llevándote a un estado de tranquilidad que resulta difícil de alcanzar en cualquier otro momento de tu ocupada rutina diaria. Asimismo, la hidroterapia es un medio para calmar la ansiedad y los nervios y también la mejor medicina contra el insomnio, ya que aumenta la calidad del sueño.
Cada gota de agua que acaricie tu cuerpo llevará consigo un soplo de bienestar.
El spa day es, en definitiva, una inversión a largo plazo. La sensación de felicidad, calma y ligereza perdura mucho después de salir de las instalaciones del spa. Cada gota de agua que acaricie tu cuerpo llevará consigo un soplo de bienestar y cada aroma quedará impregnado en tu memoria para recordarte que mereces ese momento de apretar el botón mágico.