Dinamarca en Peñíscola - Castillo de Peñíscola

Dinamarca en Peñíscola

Oct 07, 2025

Los países nórdicos llevan muchos años liderando los rankings de felicidad. El Informe Mundial de la Felicidad del año 2025 sitúa a Finlandia, Dinamarca, Islandia y Suecia como los cuatro primeros. Es exactamente el mismo orden del año 2024. Solo es un dato curioso que demuestra que los escandinavos son constantes incluso para los rankings. ¿Cuál es su secreto? En Dinamarca lo llaman hygge.

Es una palabra casi impronunciable para cualquiera que no hable su idioma, pero el concepto sí se puede explicar en español en pocas palabras: es la sensación de comodidad, calidez y satisfacción que nace al disfrutar de los placeres simples de la vida. Encender velas en una tarde de invierno mientras disfrutas de un buen libro. Tomar una taza de café caliente con una manta suave. Disfrutar de un paseo tranquilo por la orilla del mal. Cenar con tu pareja en una terraza íntima, sin prisas.

Es una filosofía de vida que abarca todos los aspectos de la misma. Es una de esas palabras que no se pueden traducir, pero, cuando las vives, simplemente lo sabes. Los daneses se lo toman muy en serio. Si haces la prueba de viajar a la vibrante capital del país, Copenhague, lo puedes comprobar de primera mano. En los meses de primavera y verano, cuando ya se pueden disfrutar de unas agradables horas de sol vespertino, los canales, los parques y los locales de toda la ciudad se llenan de vida. No importa el día de la semana, cuando se termina el horario laboral, es hora de dedicar unas horas al arte de desconectar y disfrutar.

Para que no tengas que viajar tan lejos, hemos traído un trocito de Dinamarca a Peñíscola. El hotel Castillo de Peñíscola no está en Copenhague, pero la filosofía del hygge sí que está muy presente en todos los rincones. Aquí, el calor Mediterráneo sustituye al frío nórdico, pero la esencia se mantiene: hemos creado espacios que te invitan a bajar el ritmo y disfrutar del momento.

En cada habitación encontrarás la calma necesaria para desconectar de la rutina, con la brisa marina colándose por la ventana como una caricia suave. Porque el hygge no entiende de fronteras. Se trata de encender una vela, brindar con un vino local, dejarse llevar por la conversación y recordar que la felicidad está en lo cotidiano. Y eso, en el Castillo de Peñíscola, se vive en cada instante.