El tic-tac de los dos - Castillo de Peñíscola

El tic-tac de los dos

Oct 16, 2025

Viernes. 15:03. Has salido pronto del trabajo, has comido en casa y has terminado de hacer la maleta que no pudiste acabar anoche por el cansancio acumulado de toda la semana. 16:35. Metes todas tus cosas en el maletero del coche. ¿Lo llevas todo? Ropa, neceser, llaves de casa y del coche, muchas ganas de pasar un fin de semana tranquilo en un hotel de ensueño. Sí, lo llevas todo. 

17:08. Escribes un whatsapp por el grupo de la familia para que tu hermana recuerde que tiene que recoger a tus hijos del cole y subes al coche. 17:24. Recoges a tu pareja de su trabajo y entras al navegador del coche. ¿Dónde te llevo? Avenida del Papa Luna, 4. 19:31. Llegáis a Peñíscola. Aparcáis justo enfrente del hotel y entráis. 19:40. Ya habéis hecho el check in. Tienes en tu mano la llave de la habitación o, lo que es lo mismo, tres días de vacaciones sin niños en un lugar con vistas al mar. 

20:48. Una ducha lenta y la pregunta inevitable frente al espejo: ¿qué me pongo? 21:47. Camináis por las calles iluminadas en busca de un restaurante en el que disfrutar de una cena tranquila. 22:15. Una mesa para dos y un vino compartido. No hay prisas, solo vuestra conversación y el murmullo del mar cercano. 

Sábado. 09:46. El despertador no ha sonado. Hacía tiempo que no dormías tantas horas del tirón. Abres las cortinas y la luz del sol entra en la habitación. 10:12. Bajáis a desayunar sin prisa, con ese placer de saber que nada urgente os espera. 11:25. Paseáis por la playa, dejando que la brisa marina os despeine un poco más de la cuenta. 12:47. Os adentráis en el casco antiguo, con sus calles empedradas, balcones con flores y tiendas llenas de vida. 

13:58. Llegáis al Castillo del Papa Luna y desde lo alto contempláis cómo el mar se extiende hasta perderse de vista. 14:32. Una paella recién hecha os espera en una terraza con vistas. El arroz humeante, el sol suave y las risas compartidas. 18:03. Un paseo, una cerveza y unas compras. Hay que llevarle algo de recuerdo a los niños. ¿Una camiseta, un peluche, un libro que cuente la historia del Papa Luna? 21:06. De vuelta en la habitación, decidís que no hace falta salir: una película, una manta ligera y la calma de un sábado perfecto.

Domingo. 08:47. Hoy toca excursión. Las mochilas esperan en la puerta después del desayuno. 09:36. El camino se abre entre senderos y acantilados, la naturaleza acompaña cada paso y el silencio se mezcla con la complicidad. 13:21. Paráis a descansar, a contemplar el paisaje y a tomar unas fotos que, aunque son bonitas, nunca harán justicia a lo que sentís en ese momento. 

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17:45. Check out y de vuelta al coche para iniciar el regreso. No hay tristeza, solo la certeza de haber aprovechado cada minuto y las ganas de volver a ver a vuestros hijos. 19:50. Aparcáis delante de casa. La maleta aún sin deshacer estará un par de días en la habitación, pero no importa. Lo importante es que en apenas tres días habéis conseguido desconectar, reír y recordar que, cuando estáis solos los dos, el tiempo adquiere otra dimensión.